Hoy mis planes cambiaron cuando camino al trabajo apareció un perrito algo maltratado. Al parecer una de sus paticas delanteras sufrió un accidente y no la podía apoyar. Solo mi corazón sabe cuánto sufro al ver a esos animalitos tan indefensos.
Aún no había desayunado, pues mi niña consume todo mi tiempo en las mañanas, y ya tengo por costumbre traer el desayuno en la cartera para comerlo en el trabajo. Pero que va, no pude aguantar, y como una pequeña agarré mi pan y pedacito a pedacito lo compartí con él. Continuar leyendo «Me agradeció en la distancia»
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