Un nuevo desembarco por Nuevitas

yaloven_embarcacionCorría el último día de enero de 1958 el espíritu de José Antonio Echeverría y de sus compañeros del Directorio Revolucionario 13 de marzo navegaron junto a él en el yate  Scapada que zarpó de Miami comprometido con la revolución y el pueblo de Cuba.

Ningún contratiempo sería  difícil para el joven Faure Chomón quien tenía bien claro que la expedición  con destino a Nuevitas sería una rotunda victoria en  homenaje a sus compañeros caídos.

Armas, hombre y pertrechos recorrieron la cubierta de las embarcaciones del San Rafael y luego la del nuevitero Yalovén el cual trasladó hasta el muelle del poblado pesquero de Santa Rita la carga que apoyaría la lucha en La Habana y el Escambray.

Ese día en la pequeña comunidad nuevitera el aire se tornó desbordante de sentimientos, valentía y a amor a la patria predominaban entre ellos.

Cada paso estaba estratégicamente pensado. Abel Cabalé transportaría en su camión lechero las armas hasta Camagüey, en donde una tripulación  integrada por trabajadores pertenecientes al Directorio la llevarían en  el expreso del ferrocarril de esa ciudad agramontina hasta La Habana. Mientras,  las restantes armas fueron conducidas por un grupo al mando del propio Chomón a través de la carretera central.

Nada podría detener el avance de la victoria final, desde la manigua redentora hasta la Sierra Rebelde los cubanos demostraban su eterna determinación a ser libres o mártires.

Hoy cunado el sol es testigo de más de medio siglo de la expedición por Nuevitas, el pueblo de pescadores e industrias, al norte de Camagüey,  abre junto a él sus brazos para acoger la nueva expedición victoriosa que viste de gala a la renovada comunidad de Santa Rita.

 

 

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